Según el Movimiento Juvenil Palestino, el pueblo palestino ha dejado claro que no abandonará su tierra, ni ningún incentivo financiero o material le persuadirá de hacerlo.
El 4 de febrero, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, celebró una rueda de prensa junto a Benjamin Netanyahu, en la que anunciaron un plan que, según el Movimiento Juvenil Palestino, equivale al desplazamiento forzoso de los 2 millones de habitantes palestinos de Gaza a Jordania y Egipto. Esta medida, descrita por el movimiento como una escalada de la violencia actual contra los palestinos, refleja la lucha constante por la soberanía en la región.
La Comunidad Palestina advierte que la postura de Trump desde que asumió el cargo indica una probable luz verde para una mayor anexión sionista de Cisjordania. El Movimiento Juvenil Palestino también destaca el papel del imperialismo estadounidense en la facilitación de estas acciones, incluido el flujo ininterrumpido de armas a Israel -más de 30.000 millones de dólares en acuerdos de armas- junto con la cobertura diplomática que ha protegido a Israel de la rendición de cuentas en la escena mundial.
Además, Egipto y Jordania, los dos países que Trump mencionó como posibles destinos de los desplazados de Gaza, se han opuesto formalmente a cualquier participación en dicho plan, con una declaración conjunta en la que rechazan cualquier plan para trasladar a los palestinos fuera de sus territorios en Gaza y Cisjordania ocupada.
El Movimiento Juvenil Palestino reafirma que Gaza pertenece únicamente al pueblo palestino. El movimiento hace hincapié en que, independientemente de las presiones externas, los palestinos seguirán resistiendo y determinando su propio futuro.
La población palestina desplazada comienzan a regresar al norte de Gaza en medio del acuerdo de alto el fuego
Tras 15 meses de guerra genocida, se ha anunciado un frágil alto el fuego en Gaza, que aporta un rayo de esperanza a más de dos millones de palestinos que han soportado una resistencia inimaginable. Desde el comienzo del conflicto se han perdido más de 160.000 vidas y se han destruido sistemáticamente infraestructuras críticas como hospitales, escuelas y estaciones de suministro de agua. La situación ha dejado a la población de Gaza luchando por sobrevivir bajo el peso de un asedio y un bombardeo respaldados por Estados Unidos.
Este alto el fuego se produce tras 467 días de implacable resistencia del pueblo palestino. Su resistencia ha obligado al régimen israelí a abandonar sus ambiciones sobre la región, marcando un momento crucial en la actual lucha por la liberación. La población de Gaza, que se ha enfrentado a un sufrimiento inimaginable, inicia ahora con cautela su regreso al norte de Gaza en medio de una destrucción generalizada.
El camino hacia la liberación y la justicia
La resistencia del pueblo palestino ha atraído la atención mundial hacia su lucha. Como parte de este movimiento, es importante honrar a la comunidad palestina que sigue defendiendo la justicia y la libertad. La reciente liberación de presos palestinos subraya la importancia de estos esfuerzos y la voluntad colectiva de resistir a la opresión.
Sin embargo, los retos persisten. Israel sigue bloqueando el regreso de más de 600.000 palestinos al norte de Gaza, y las cicatrices de esta prolongada guerra son evidentes en todas partes. La región ha sido devastada por ataques selectivos que han desplazado a más del 90% de la población de Gaza, dejando hogares y vidas en ruinas.
La polémica propuesta de Trump y la reacción internacional
El plan de Trump para la población de Gaza ha reavivado los debates sobre la larga historia de desplazamientos de población de Israel, que se remonta a la Nakba de 1948, cuando cientos de miles de palestinos se vieron obligados a abandonar sus hogares. Los defensores de los derechos humanos sostienen que, en lugar de proponer nuevos desplazamientos, los esfuerzos deberían centrarse en cumplir el derecho de los palestinos a regresar a sus hogares, reconocido por el derecho internacional.
De cara al futuro: Un llamamiento a la acción por la justicia y la liberación
El reciente alto el fuego en Gaza marca un punto de inflexión decisivo, pero el camino hacia la justicia, la dignidad y la plena liberación del pueblo palestino dista mucho de haber concluido. Su inquebrantable resistencia contra la opresión sistémica y el desplazamiento sigue inspirando una creciente ola de solidaridad mundial.
Como coalición internacional de organizaciones de la sociedad civil, hacemos hincapié en el poder transformador de la movilización y la solidaridad, especialmente cuando los gobiernos incumplen sus obligaciones.
Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que
- Establecer un mecanismo para supervisar y exigir responsabilidades a Israel por sus prácticas de apartheid.independiente
- Reconocer las violaciones sistémicas de los derechos del hábitat de los indígenas palestinos como parte de un proyecto colonial y genocida más amplio de desposesión y destrucción.
Nos hacemos eco del Relator Especial de la ONU sobre el Derecho a una Vivienda Adecuada al condenar el “domicidio” -la destrucción deliberada de hogares y refugios- como crimen de guerra y crimen contra la humanidad. La campaña de invasión, adquisición territorial por la fuerza, despoblación violenta y desposesión que Israel lleva a cabo desde hace décadas se ha cebado sistemáticamente en los hogares de los palestinos indígenas, impulsando un proyecto colonial que viola los derechos fundamentales del pueblo palestino.
También instamos a las personas de todo el mundo a que actúen:
- Denunciar y oponerse a los crímenes de Israel.
- Únase a la campaña mundial de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) como medio tangible de apoyar la libertad de Palestina.
Mientras comienza la reconstrucción de Gaza y las familias desplazadas regresan a lo que queda de sus hogares, la comunidad internacional se encuentra en una encrucijada crucial. La lucha por la liberación de Palestina es inseparable de la lucha más amplia por los derechos humanos y la justicia en todo el mundo.
Apoyamos firmemente al pueblo indígena palestino en su lucha por la autodeterminación, la dignidad, la reparación y la justicia. El momento de la solidaridad es ahora, porque su liberación es nuestra responsabilidad humana compartida.