Este Informe Anual recoge todo el trabajo de los-as Miembros y Aliados-as de HIC, involucrados activamente en la defensa de los derechos del hábitat en todos los continentes: a nivel local, regional y global.
No hay duda de que estamos viviendo en tiempos extremadamente difíciles. Múltiples crisis que abarcan violaciones generalizadas de los derechos humanos, una desigualdad vertiginosa, la destrucción del medio ambiente y el debilitamiento de las democracias afectan ahora a las condiciones de vida de la gran mayoría de la población en todo el mundo. Los poderes empresariales globalizados siguen impulsando criminalmente la mercantilización de todas las formas de vida y la agresiva privatización de los bienes comunes, al tiempo que socavan la esfera pública y polarizan nuestras comunidades a una escala sin precedentes.
En ese contexto, las voces fuertes y las experiencias transformadoras de hace años de los movimientos sociales y las organizaciones de la sociedad civil son más necesarias que nunca. A pesar de las condiciones extremadamente difíciles en las que se están movilizando y trabajando, estoy convencida de que los Miembros de HIC y sus Aliados-as a nivel local, nacional e internacional tienen mucho que aportar a una visión compartida de un planeta más justo y sostenible, fortaleciendo los compromisos y la esperanza que las nuevas generaciones nos reclaman a todos y todas. La lucha por garantizar el derecho de toda persona a un lugar donde vivir en paz y en dignidad está necesariamente enmarcada en la búsqueda de la justicia social, la autodeterminación y la ética de la atención: esa convicción es un principio rector de las redes y colaboraciones estratégicas que perseguimos, dentro y fuera de nuestra Coalición.
Como lo demuestran la cobertura diaria de los medios de comunicación y los debates electorales tanto a nivel nacional como municipal, las condiciones inadecuadas de viviendas y la asequibilidad de la vivienda vuelven a ocupar un lugar destacado en la agenda política. Esto representa ciertamente una importante oportunidad, pero no sin riesgos. Nuestros conocimientos colectivos, la memoria institucional intergeneracional y el enfoque crítico son factores cruciales si se va a tener en cuenta una amplia gama de opciones y la participación activa de las personas y grupos afectados.
En pocas palabras, esto significa poner en el centro los derechos a la vivienda y a la tierra, que incluyen no sólo la provisión de cuatro paredes y un techo, sino también servicios, instalaciones, ubicación, accesibilidad y seguridad de tenencia adecuados. Porque una y otra vez, en el Sur Global y en el Norte Global, estamos llamados-as a enfrentar a los estados que no respetan su obligación de abstenerse de desalojos, desplazamientos, aumento de rentas y otras violaciones de este tipo. Además, y en cumplimiento de los objetivos fijados por el Programa 2030 y la Nueva Agenda Urbana, esto implicará la revitalización de las técnicas indígenas y tradicionales, así como la priorización del uso de materiales locales y renovables.
En las páginas siguientes se ofrece un rico relato de los continuos esfuerzos que HIC y sus aliados-as están realizando para defender, promover y hacer realidad la amplia gama de derechos humanos relacionados con el hábitat, en las zonas urbanas y rurales, en todas las regiones. Si bien las señales de una creciente preocupación, desesperación y temor están en todas partes a nuestro alrededor, este informe trata de destacar las razones para creer en nuestra capacidad de cooperación y cuidado para persistir en la construcción de otro mundo, desde las bases.
Extracto de la introducción de la Presidenta de HIC 2018, Lorena Zárate