En: Audrefoy, Joel (1998). Vivir en los Centros Históricos. Experiencias y luchas de los habitantes para permanecer en los Centros Históricos, Habitat International Coalition, Most, México.
Los habitantes de los centros históricos, si bien no fueron invitados por los gobiernos a participar en la Cumbre Mundial Habitat II, no han esperado el Plan de Acción Mundial para actuar. Ya en los años 50 los “Castors” en Francia habían inventado un sistema de autoconstrucción para edificar sus casas, controlaban el proceso de construcción y lograban reducir los costos. Este ejemplo pionero fue retomado tiempo despúes en algunas experiencias de renovación en los centros históricos europeos: en Italia, las cooperativas de autoconstrucción en Boloña[1] y en Roma, con la cooperativa Vivere 2000 que hace trabajar a la gente para alojarlos en edificios públicos abandonados en el marco de un acuerdo con la Ciudad. Esta idea de “recuperación” de edificios abandonados tiene su origen en Amsterdam con el movimiento de los “Krackers” que habían ocupado para renovarlos, inmeubles del centro de la ciudad en los años 70. En Italia, es en Boloña, a partir de 1981 que esta idea se concretizó con la iniciativa de la cooperativa” Chi non ocupa preocupa” y de la Unione Inquilini. Este sistema permite ahorrar hasta un 40% sobre el costo final de la vivienda y está basado en un trabajo voluntario de los solicitantes de vivienda. En Francia, las acciones de rehabilitación[2] que fueron llevadas a cabo con la participación de los habitantes son iniciativas que provienen generalmente de asociaciones tales como el PACT ARIM[3], o la Sociedad HLM EMMAÜS[4].
En Alemania, la experiencia de Dresde[5], ciudad de la ex Alemania del Este, enseña un camino original llevado a cabo por los habitantes. Äubere Neustadt es un viejo barrio de Dresde de 8000 viviendas en estado de deterioro que contaba con 40% de las viviendas desocupadas. En 1989 una asociación local formada por habitantes y militantes ecologistas obtiene en el marco del proceso de las ciudades gemelas de Dresde y Hamburgo un acuerdo para parar el deterioro del barrio y rehabilitarlo. El programa no contempla demoliciones ni desalojos sino más bien la creación de talleres para la producción de materiales de construcción, la renovación de baños públicos, medidas para enfrentar el sobreconsumo de energía y la contaminación, la calefacción central, etc.. Se llevaron a cabo intercambios y seminarios entre las dos poblaciones de estas ciudades. El proyecto se volvió un ejemplo de rehabilitación democrática en el marco de la reunificación de las dos Alemanias.
En Barcelona, el Casc Antic sufría una situación de deterioro importante desde 1974[6]. Un Plan, – el Plan Comarcal – pretendía la apertura de dos grandes viales dividiendo el barrio en cuatro partes, escondiendo las viviendas tras nuevos edificios pantalla y expulsando del barrio hacia la periferia a los vecinos afectados por los derribos de sus viejas viviendas. Esta situación motivó a los afectados a organizarse. Se creó la “Asociación de Vecinos del Casc Antic” y la movilización logró parar el Plan Comarcal. La Asociación de Vecinos elaboró su propia alternativa: el Plan Popular del Casc Antic que apuesta por la regeneración del barrio. Con la llegada del Ayuntamiento democrático, el Plan Popular es asumido por el nuevo equipo de gobierno, el cual elabora y aprueba el PERI (Plan Especial de Reforma Interior) que recoge los principales ejes del Plan Popular. Sin embargo el PERI no pasa de ser un proyecto y en 1987 la Asociación impulsa la campaña “Aqui hi ha gana” (Aquí hay hambre) y pone frente a los ojos de la opinión pública la degradación del centro histórico al momento de su nominación para los Juegos Olímpicos. Fruto de esta acción, se consiguen importantes compromisos por parte de la administración pública: la inversión necesaria planificada en quince años que posibilita la reforma y la creación de la mesa del ARI (Area de Rehabilitación Integrada) en la que participan representantes de la administración y de la Asociación de Vecinos.
En São Paulo, Brasil, en la decada pasada, comenzó un movimiento social de los habitantes de los cortiçoes (inmuebles viejos compartidos por varias
En la Ciudad de México tampoco faltan experiencias donde los habitantes organizados se han movilizados para producir o rehabilitar sus viviendas sobre todo después del temblor de 1985. Por ejemplo en la calle Gorostiza Nº36 en el barrio de Tepito[8], un edificio de principio del siglo de 22 viviendas parecía condenado a su paulatino deterioro y desaparición. El sismo de 1985 no le provocó más daño que el que ya le había hecho el tiempo. Sus propios habitantes intervinieron para cambiar su futuro. Tuvieron que enfrentarse a la lógica de las autoridades encargadas del programa de reconstrucción[9], quienes pretendían la demolición del edificio para, en su lugar, construir 90 viviendas nuevas. Para los habitantes, mantenerlo significaba quedarse en el barrio y lo lograron gracias a la conjunción de diversos actores, entre ellos la participación de la organización Unión Popular de Inquilinos de la Colonia Morelos-Peña, de la organización no gubernamental Casa y Ciudad que les proporcionó un apoyo técnico y administrativo y del apoyo económico de la Cruz Roja Suiza. Los habitantes controlaron el proceso de construcción/rehabilitación de 1987 a 1988, contrataron una mano de obra especializada y desarrollaron un modelo de autoadministración de obra muy eficiente. El esfuerzo de la organización social fue premiado por una institución pública mexicana[10] por “su labor de restauración, conservación y difusión del patrimonio arquitectónico”.
Hay muchos casos como este último en la zona central de la ciudad de México. El Comité de Defensa de la Colonia Santa María la Rivera y el Comité de Defensa del barrio General Romero Rubio, organizaciones territoriales de la Asamblea de Barrios, se han organizado y movilizado para permanecer en sus barrios por medio de la compra de suelo a través de su propio ahorro y gestionando créditos públicos de vivienda a lo largo de cuatro años de dedicación y negociación. Esta forma autogestionada de los créditos les permite obtener una mayor superficie, reducir el tiempo de ejecución, disminuir los costo de edificación y alcanzar mayores resultados de obra que lo programado por el propio crédito. En los últimos años la Asamblea de Barrios ha gestionado más de 12,000 créditos de vivienda en distintas partes de la ciudad[11].
En la ciudad de México, la expresión “vivir en el quinto patio”, significa vivir en el lugar más apartado de la vecindad donde viven los más pobres. Por extensión el sentido se aplica a los más pobres. Un vistazo a estos últimos casos tanto en Europa como en los países del Sur enseña que generalmente son los habitantes de más escasos recursos los principales actores de las acciones de rehabilitación de las viviendas. Para ellos permanecer en el centro significa permanecer cerca de su lugar de trabajo y del lugar donde tienen sus raíces
A la luz de estas experiencias vemos que en Europa y en los países del Sur existen habitantes que lograron permanecer en el centro por su propia iniciativa. Sin embargo hay una gran diferencia entre los países Europeos y los países del Sur en cuanto a la opinión pública difundida acerca de estas iniciativas por la prensa y los medios de comunicación en general. En Europa -por lo menos en todos los casos identificados- encontramos una prensa en favor de los habitantes, tal es el caso en Bruselas, Quartier Nord donde la prensa que apoya a los habitantes ha fortalecido su poder, tambien en los casos de La Samaritaine y en el barrio Stévin en Bruselas; la prensa siguió el proceso de resistencia de los habitantes del centro de Barcelona. En Francia, en el caso de Courbevoie (Hauts de Seine), la prensa desempeñó un papel de presión indispensable cuando las leyes no fueron aplicadas. Fue lo mismo en el caso del Mercado de los Niños Rojos (Marché des Enfants Rouges) en París cuando la prensa local y nacional apoyó a los defensores del mercado: un buen ejemplo de reconquista de un espacio público para el beneficio de los habitantes. En cambio, en los países del Sur las organizaciones de habitantes reportan siempre el desprecio de que son objeto en la prensa. Su agresividad hacia los sectores de bajos ingresos refleja las agudas desigualidades sociales en estos países. La prensa la más amarillista pone en evidencia la ilegalidad de las ocupaciones, los nexos (reales o imaginarios) entre tráfico de droga y ocupaciones ilegales y además, los habitantes que ocupan en forma ilegal los edificios son presentados como delincuentes. Generalmente en los países del Sur la prensa se dirige hacia la clase media, la que puede pagar para la compra del periódico. Así, tomando posiciones en contra de los más pobres, fortalece la opinión de una clase media que compra su vivienda en el mercado privado y que se desinteresa totalmente de los problemas de los demás. Que los habitantes pobres del centro histórico se organicen y logren rehabilitar su vivienda frente a una amenaza de desalojo es un hecho poco significativo para la clase media y acomodada que se nutre de valores mercantiles y globalizantes.
[1] Ver ficha: Autorecupération d’une maison sans propriétaire par de jeunes chômeurs italiens, Bologne, Fiche rédigée par Noël Cannat en entretien avec Cesare Ottolini, Octobre 1989, in: 150 fiches pour des dynamiques et des idées en matière de politique du logement en milieu urbain, DPH, dossier fenêtre Nº57, FPH, 1994.
[2] Ver 150 fiches, op.cit.
[3] El Mouvement PACT ARIM pour l’Amélioration de l’Habitat nació hace desde 50 años para luchar contra el habitat insalubre. Considera la vivienda como el eslabón clave para la inserción social, privilegia una rehabilitación “suave” y negociada en el respeto de la persona y de la escala humana. En el año de 1993 el Movimiento PACT ARIM había contribuido a la rehabilitación de 109.991 viviendas en el territorio francés.
[4] La SA HLM EMMAÜS es un sociedad de promoción de vivienda social creada por el Movimiento EMMAÜS.
[5] Ver ficha: Housing Right and Democracy: a standing test after reunification, Dresden, Germany, Planerkollektiv, Wolfram Tietz, Elinor Schues, in: Estrategias Populares en los Centros Históricos, VOL 2: Europa, HIC/Unione Inquilini/H&P, Padova, 1998.
[6] Ver ficha: Plan Especial de Reforma Interior del Casc Antic de Barcelona, Plataforma Habitat España, Asociación de Veïns del Casc Antic de Barcelona, Jordi Romero Villalba, in: Estrategias Populares en los Centros Históricos, VOL 2, Europa, HIC/Unione Inquilini/H&P, Padova, 1998.
[7] Ver ficha: Uma população encortiçada, sua moradia e seu projeto de moradia num bairro central de São Paulo, Projeto Pririneus, Maria Isabel Cabral, Ricardo Gaboni, in: Estrategias Populares en los Centros Históricos, VOL 1: América Latina, Africa y Asia, HIC/Unione Inquilini/H&P, México, 1998.
[8] Ver: Rehabilitación de vivienda bajo la iniciativa y control social, el caso de Gorostiza 36, Tepito, México D.F., Casa y Ciudad/HIC, 1995. Tambien ver ficha DPH.
[9] El programa RHP (Renovación Habitacional Popular) operó de octubre de 1985 a septiembre de 1987 y benefició a 259,600 personas al convertirlas en propietarias de las 48,749 viviendas que arrendaban antes de los sismos.
[10] Premio Manuel Toussaint otorgado en 1989 por el INAH (Instituto Nacional de Antropología e historia).
[11] Fuente:Permanecer en los barrios de la ciudad de México, Georgina Sandoval y Leticia Salinas, Casa y Ciudad, 1996.
[12] Fuente: Soy de la Guerrero y Aquí me quedó, Unión de Vecinos de la Colonia Guerrero, Equipo Pueblo, 1987.